miércoles, 7 de agosto de 2013

el gato en celo

El celo es el periodo del ciclo sexual de la gata en la que puede aceptar al macho. Al igual que todas las hembras de los mamíferos, al alcanzar la pubertad, tienen su primer celo. A partir de este momento, la hembra es fértil.
El momento exacto en el que la hembra tiene su primer celo es variable (entre los ocho y los diez meses), ya que existen distintos factores que determinan el inicio de la pubertad.
El peso de la hembra: La hembra debe tener un peso mínimo para entrar en celo.
- La raza: Las hembras de pelo corto, tipo Siamés, alcanzan la pubertad antes que las de pelo largo como el Persa.
- Factores externos, como la presencia de un macho en el entorno o las horas de luz, también son aspectos muy importantes.
La época de celo de las gatas tiene lugar en primavera, cuando hay más horas de luz. Durante estos periodos pueden tener varios celos con un intervalo de dos o tres semanas, a diferencia de la perra que sólo tiene uno…..y además…¡las gatas no manchan!. Es bastante frecuente, que las gatas que vivan en el interior de una casa con calefacción y luz artificial, presenten celos incluso en invierno, ya que la estacionalidad será menos marcada.
Las modificaciones del comportamiento asociadas al estro son características: la gata maúlla mucho, se frota por todas partes, se revuelca y se pone rígida cuando se la toca, en una posición parecida a la de la cópula, llamada de “lordosis”: el lomo hundido y la cola desviada lateralmente. Están especialmente mimosas y tratan de atraer nuestra atención de cualquier manera.
Las fases del ciclo estral de la gata se dividen en 4:
- Proestro: En esta fase la gata muestra comportamiento de celo, atrae al macho, pero no deja que la monte.
- Estro: En esta fase, que es la que se conoce como celo propiamente dicho, la hembra se deja montar por el macho. Los comportamientos de celo, como maullidos y restregones, se hacen más evidentes.
- Diestro: Es la fase entre un estro y otro.
- Anestro: Es la fase de reposo.
Hay una falsa creencia acerca de que las gatas deben criar al menos una vez en la vida. Se ha demostrado que ésto es completamente falso: no es necesario que la gata tenga una camada para completar su desarrollo como hembra, ni nada por el estilo. De hecho, se ha comprobado que la castración precoz minimiza el riesgo de padecer, en la edad adulta, tumores mamarios, por tanto, la recomendación, en el caso de que no deseemos que nuestra gata quede gestante, es la esterilización lo antes posible, evitando así las molestias del celo, como vocalizaciones, marcajes innecesarios, escapadas, y enfermedades derivadas como infecciones uterinas, y como comentábamos antes, tumores mamarios.
En el caso de que deseemos que nuestra gata críe, debemos tener en cuenta, que aunque la hembra sea fértil, no quiere decir que se haya completado su desarrollo. Lo ideal es esperar a que termine de crecer, aunque dejemos pasar varios celos. A partir del año y medio de edad, suelen estar desarrolladas y pueden llevar una gestación a término sin que constituya un perjuicio para su salud.